Las Islas Gambier son remotas y se encuentran a 1,600 kilómetros al sureste de Tahiti. La mitología polinesia cuenta que Mangareva, la isla principal del archipiélago, fue levantada del fondo del océano por el semidiós Maui. Cuna del catolicismo en la Polinesia Francesa, las Islas Gambier poseen un patrimonio religioso único. Los lugareños han conservado su modo de vida tradicional, viviendo principalmente del cultivo de perlas y de la pesca.
¿Por qué elegir las islas Gambier?
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¿Qué hacer en las Islas Gambier?
Rikitea, el pueblo principal de Mangareva, es un cambio completo de escenario. Entre granjas de perlas y escarpados acantilados, la mirada se dirige hacia una de las señas de identidad de la historia de la isla y vestigio del pasado, la catedral de Saint-Michel. Las demás islas del archipiélago rebosan de un patrimonio arquitectónico insólito y de una historia marcada por la impronta del catolicismo.


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Actividades en las Islas Gambier
La laguna de las Islas Gambier es probablemente la más bella de Las Islas de Tahiti. Transparente, turquesa y salpicada de cabezas de coral, ostenta una gama de azules que contrasta maravillosamente con las verdes montañas circundantes. El senderismo es una forma ideal de aprovechar al máximo estos paisajes únicos.



Los mejores lugares de las islas Gambier
Lejos de las playas arenosas de Bora Bora, he aquí algunos lugares que no debe perderse en su viaje a la Polinesia Francesa. Para vuelos desde Papeete, como el aeropuerto está situado en un motu, un transfer le llevará a Rikitea.
Transporte
Llegar a las Islas Gambier y sus alrededores
Air Tahiti ofrece un vuelo de 3h40 desde Papeete dos veces por semana. Como en Bora Bora, el aeropuerto está situado en un motu. Hay un traslado de 40 minutos desde el aeropuerto hasta el pueblo de Rikitea. También hay servicios mensuales de transporte en barco.


Inspírate
Experiencias
Las Islas Gambier son la definición misma de la expresión “fuera de los caminos trillados”. Los viajeros que visiten este archipiélago quedarán impresionados por la cálida acogida de sus habitantes. Estas islas aisladas ofrecen tesoros naturales y culturales que descubrir junto a los habitantes de Mangareva. Estos intercambios crean una alquimia perfecta e indescriptible que favorece el bienestar y un cambio de aires único en el mundo.